El gran retablo mayor

Capilla Real de Granada

 

EL GRAN RETABLO MAYOR

El gran retablo mayor (1520-1522), obra de Felipe Bigarny, está considerado, en su conjunto, como unos de los primeros y más grandes retablos platerescos labrados en España; de la gubia de Diego de Siloé salieron las estatuas orantes de los Reyes Católicos.

Reminiscencias ojivales y ordenación gótica, movimiento y dramático naturalismo, riqueza de los elementos ornamentales platerescos, es un fiel reflejo del momento de transición entre dos épocas —medieval y moderna— y entre dos estilos: gótico y renacimiento.

Para entender los múltiples mensajes de este excepcional documento plástico, el visitante ha de considerar las coordenadas históricas (culturales, religiosas, sociales, políticas) en las que fue concebido y creado. Su complejo y meditado programa iconográfico expresa simbólicamente tres conceptos de unidad, claves en la política de gobierno de los Reyes Católicos. Todas las representaciones iconográficas están articuladas en torno a tres núcleos con unidad temática propia:


 

• Unidad religiosa: Escenas de la vida de Jesucristo
• Unidad política: Representaciones de santos Juanes, Bautista y Evangelista
• Unidad territorial: Iconografías de los Reyes Católicos y de su obra.

Estructuralmente y empezando desde abajo, el retablo consta de sotabanco, banco y dos cuerpos o pisos (inferior y superior) y ático.

• Las escenificaciones del sotabanco del Retablo tienen como tema dos acontecimientos locales ocurridos durante el reinado de los Reyes Católicos. Son cuatro relieves agrupados de dos en dos; a la izquierda, los Reyes Católicos con los ejércitos cristianos y el rey Boabdil entregando las llaves de la ciudad de Granada (1492). A la derecha, el bautismo de moriscos y moriscas (1500).

• En el banco aparece como motivo central la Virgen con el Niño, adorado por los Reyes Magos. En el mismo plano y a su izquierda, representaciones del Bautismo de Jesús; a su derecha, San Juan en la isla de Patmos.

• En el cuerpo inferior y desde nuestra izquierda: Martirio de San Juan Bautista, San Juan Bautista con el cordero, San Juan Evangelista con un cáliz, Martirio de San Juan Evangelista.

• En el cuerpo superior y desde nuestra izquierda: Jesucristo con la cruz a cuestas, Calvario, la Piedad o Quinta Angustia.

• En el ático, remate del retablo y principio del programa iconográfico, las tres Personas divinas de la Trinidad. En el lugar más elevado el busto de Dios Padre como anciano con el globo terráqueo y su mano derecha en ademán de hablar; debajo, la imagen del Hijo de Dios, clavado en la cruz; entre ambos, el Espíritu Santo con la tradicional forma simbólica de paloma.

• En las calles laterales externas del retablo se completa el programa iconográfico. Ambas calles, de abajo arriba, comienzan con Pedro y Pablo, siguen los Evangelistas (San Juan, San Lucas, San Mateo, San Marcos) y están coronadas por los cuatro Padres de la Iglesia occidental (San Gregorio, San Jerónimo, San Ambrosio, San Agustín).

Entre los motivos ornamentales del retablo hay que destacar la granada. Desde el siglo IV el pensamiento cristiano utiliza la imagen de la granada para expresar la unidad y la diversidad de la Iglesia. El primero en utilizar este símil fue San Gregorio de Elvira († h. 392), obispo de la iglesia hispano-romana de Ilíberis, diócesis que, siglos más tarde, recibiría el nombre de Granada. La reiterada presencia de la granada como motivo ornamental se justifica, además, tanto por el nombre de la ciudad, como por ser utilizado este fruto en la literatura y en el arte como emblema de la integración de la pluralidad en la unidad.

 
 

 

HIMNO CRISTOLÓGICO
San Pablo, Filipenses 2, 6-9

La iconografía representa los grandes misterios cristianos: Trinidad, Encarnación del hijo de Dios, Pasión y Muerte de nuestro Señor.

«Cristo, a pesar de su condición divina,
no se aferró a su categoría de Dios.
Al contrario, se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo
haciéndose semejante a los hombres.
Así presentándose como simple hombre,
se abajó obedeciendo hasta la muerte
y muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el título
que sobrepasa todo título.»