La Lonja fue construida en 1518 por el Ayuntamiento de la ciudad como espacio abierto dedicado a la banca y al comercio: casa de contratación; sede del fiel del contraste; banco para el negocio de la seda granadina, la mejor del mundo según el viajero alemán Münzer. Se utilizó piedra de Alfacar, localidad muy próxima a Granada. Escudos de la ciudad enjutan los arcos inferiores, mientras que los pretiles flamígeros de los superiores se adornan con divisas de los Reyes Católicos. Ensayos ornamentales del nuevo estilo «romano» contaminan la fisonomía fundamentalmente gótica del edificio.
En el ángulo que forma la Capilla Real con el Sagrario y sobre el graderío del que aún quedan restos, se alza el edificio de la Lonja, articulado por dos pisos que se exteriorizan en dos galerías superpuestas; arcos de medio punto abajo y escarzanos arriba cabalgan sobre columnas torsas decoradas con bolas que tachonan también las roscas de aquellos.
La planta baja está decorada con pinturas murales, los retratos de los Reyes fundadores y La Rendición de Granada, copia del cuadro de Francisco Pradilla (s. XIX).
LA PORTADA PRINCIPAL
La portada principal de la Lonja, obra de García de Pradas (1521), es adintelada con esbeltas columnas abalaustradas y tiene un peculiar remate triangular fitoformo. Sobre el friso discurre una inscripción de caracteres góticos en la que aún puede leerse:
Fue D. Antonio de la Cueva corregidor de la ciudad de Granada durante seis años, desde 1516 hasta 1522.
LOS ARTESONADOS
Notable interés presentan las soluciones de carpintería de lo blanco adoptadas para la cubrición de ambos pisos. En el piso inferior, un espléndido artesonado del más puro clasicismo, configurado a base de una trama «entelarada» de casetones octogonales con derrame escopleado; su autor fue Francisco Hernández.
El piso superior está cubierto por una armadura rectangular y ochavada en los extremos, con un almizate cuajado de lazo de ocho que deja hacia el centro dos senos preparados para recibir piñas de mocárabes que quedaron sin hacer.